Entrevista a Gente de la Safor.
– El abandono de la comisión especial por el PP puede agudizar más los enfrentamientos entre gobierno y oposición?
– No lo sé. Lo que hemos estado sufriendo durante estos dos años de legislatura ya ha sido suficiente. No sé si el nivel de enfrentamiento puede ser todavía superior. Es una cosa del propio PP. Lo que sí que puedo decir es que nosotros, como parte de la oposición, hemos sufrido durante esta legislatura unas formas de gobierno absolutamente autoritarias y nada participativas. A partir de ahí, hemos estado a disposición del gobierno para participar cuando lo considerara. Siempre que se nos ha dado la oportunidad lo hemos hecho y pensamos que hemos sido productivos. Pero en todo caso es una decisión suya.
La postura del PP en la comisión especial nos ha llevado a un callejón sin salida. Estamos un poco aturdidos porque no acabamos de entender que se pida una comisión porque se tienen dudas sobre algo y después no se estén en la comisión que teóricamente debe aclararlos. Nosotros no tenemos ninguna duda y no necesitábamos ninguna comisión especial para investigar absolutamente nada. Cuando el PP insiste somos partidarios de que se cree la comisión con la única finalidad de aclararle las dudas, si es cierto que las tiene y no se trata exclusivamente de una estrategia política. Sin su presencia no sé qué utilidad puede tener, pero tenemos claro que, llegados a este punto, necesitamos que las cosas queden claras porque nos sentimos partícipes, evidentemente, del anterior gobierno. Si el PP quiere sólo sacar un rédito político será su responsabilidad.
-Es ahora más evidente su distanciamiento con el PP, aunque el gobierno les ha acusado de cierta connivencia con ellos…
-En el Ayuntamiento de Gandia la única connivencia que existe es la de Orengo con Mut, que es un acuerdo de gobierno entre PSOE y Plataforma de Gandia, es decir parte de la izquierda y de la derecha, hecha pública, sellada y por tanto de manera clara. Nosotros con el PP compartimos oposición, por una decisión de Orengo que ha decidido pactar antes con parte de la derecha de la ciudad que con el Bloc, un partido tradicionalmente fiel a la izquierda. La coincidencia en la oposición nos ha hecho a veces tener con el PP coincidencias al respecto de posicionamiento sobre algunas decisiones del gobierno municipal. Pero esto no quiere decir ni que haya ningún tipo de acuerdo, ni de connivencia, ni siquiera de conversaciones. Se trata de alguna coincidencia sobre algún planteamiento de temas que son absolutamente evidentes: el canon del agua potable, el Stock Vivienda, Sanxo Llop o el aumento de los impuestos. Siempre pongo el ejemplo, y creo que es ilustrativo, que si a dos personas le preguntas cuanto suman dos y dos, lo más probable es que las dos personas digan que cuatro y tal vez ni se conozcan, pero la evidencia es la evidencia. En muchos temas tenemos disparidad de criterios con el PP, lo que pasa es que se magnifica interesadamente por el gobierno cuando hay una coincidencia como consigna por parte del PSOE, de la misma forma que esconde las coincidencias que tenemos con ellos. Aproximadamente el 90% de las propuestas del gobierno el Bloc las ha aprobado. Es más llamativo el otro 10%.
-¿Les ha pillado por sorpresa el derribo de la Alquería de Romaguera o tenían esperanzas de salvarla?
-Nosotros esperanzas las teníamos porque si no no vale la pena trabajar por nada. Pero no eran muchas, es cierto. Aquí se produce una cosa curiosa: el alcalde de Gandia dice que a él le hubiese gustado haber tenido razón y que la Alquería tuviese el valor que decían, porque entonces la hubiesen conservado. Nosotros decimos: por tanto era posible su conservación. Lo digo porque el gran argumento para el derribo de l’Alqueria de Romaguera, un edificio del siglo XVI era su incompatibilidad con la urbanización. Con las afirmaciones del alcalde se desmonta completamente el argumento. La Alquería era compatible con la urbanización. Si entramos en detalles sobre su importancia o no, volvemos a insistir que se ha hecho una lectura interesada del informe arqueológico, porque no dice en ningún momento que la Alquería debía de derribarse o no, no habla de la calidad de la misma y lo que hace es simplemente datarla: en el siglo XVI, es decir un edificio cohetanio de Francesc de Borja, a quien en 2010 vamos a celebrar, con fastos y boatos su vida y obra. Al mismo tiempo derribamos un edificio contemporáneo de Francesc de Borja. No sabemos nada del informe de Carles Dolç pedido por el Ayuntamiento de Gandia. Sabemos que está en el consistorio, lo hemos pedido y no se nos ha facilitado. Intuímos que este informe no dice algo que le gusta al gobierno municipal. También han menospreciado los informes del Consell Valencià de Cultura y la demanda de más de 50 profesores universitarios, con la falacia que la Alquería no tiene valor histórico. Ya me explicarán si un edificio que está datado en el siglo XVI, no tiene un valor ya de por sí, y lo que decían de su incompatibilidad con la urbanización se ha desmentido con las palabras del alcalde. Nosotros siempre hemos defendido esta urbanización como muy importante para Gandia, pero seguimos convencidos que se hubiera podido hacer conservando la Alquería como edificio dotacional en una zona verde. Ahora veremos si el PAI sigue o no su ritmo y cuando llega el Palacio de Justicia que la Generalitat no ha presupuestado todavía. Esperemos que la muerte de la Alquería de Romaguera sea la última pérdida patrimonial de un edificio histórico en Gandia. La responsabilidad de la misma caerá sobre quien la tiene: Orengo y Mut.
-¿Cuál es su valoración de la primera parte de legislatura?
-Como en todos los gobiernos ha habido luces y sombras. No lo podemos negar. No estamos en condiciones de posicionamientos maximalistas como pueda ofrecer el PP. No diremos nunca que el gobierno municipal no ha hecho nada, o que lo hace todo mal. Sería una exageración. Hemos estado de acuerdo con algunas actuaciones y en desacuerdo con otras. Es indudable que este gobierno ha estado realizando la política más de derechas que se había hecho hasta ahora en el Ayuntamiento de Gandia. De cara a lo que resta de legislatura tenemos pendientes obras importantes, muchas de ellas venían de la anterior legislatura y otras de nuevas. Algunas de la anterior legislatura se han abandonado y de las nuevas la gran definición que podíamos hacer es una clara tendencia hacia la megalomanía, que podríamos cuestionar en un momento dado. De todas formas damos apoyo a muchas actuaciones, podemos discrepar de proyectos concretos, que entendemos que no son oportunos como el Tranvía o la UPG infantil, pero ha habido una planificación horrorosa. La ciudad está llena de obras. Se han planificado muy mal. Ha habido un retraso evidente de las promesas realizadas y muchas será imposible cumplirlas. La planificación ha sido tan mala que curiosamente el gran acontecimiento sobre el que se basa gran parte de la gestión del gobierno, el V Centenario, coincidirá con las obras y tendremos la paradoja que llamar al mundo mundial a que visite Gandia y se la encontrará en obras, incluso el propio Palau, y es un claro error estratégico. Quien visite Gandia en el V Centenario y se la encuentre incómoda, con obras, probablemente no vuelva nunca más.
– ¿Y la ordenación del puerto?
– Cualquier cosa que se haga para este espacio, hasta hace unos años abandonado, es positiva. Otra cosa es que diferimos en la oportunidad de unos proyectos en una coyuntura económica determinada y tengamos disensiones sobre aspectos concretos del proyecto. Pero el proceso que se inició de revitalización del puerto con una planificación clara y compromisos por parte de la autoridad portuaria de ayudas económicas, se ha roto en principio para proponer un proyecto mucho más ambicioso y más complicado de hacerlo realidad, tanto técnicamente como económicamente como procedimentalmente. Si se hubiera seguido la previsión de actuaciones de la anterior legislatura estaría acabado el paseo portuario, el paseo perimetral de la iglesia de San Nicolás, y los 22 millones de euros comprometidos por la Autoridad Portuaria. Ahora hablamos de un nuevo proyecto valorado inicialmente la primera fase en 50 millones de euros, que no tiene ni los permisos de los propietarios del suelo, ni nada claro. Los 500.000 euros pagados a Renzo Piano eran las ideas básicas, queda el proyecto y no se sabe cómo se sacará la financiación. Hablan de la necesidad del 50% de financiación privada y veremos. No se si al final hemos perdido un tren de cercanias para intentar coger el AVE.
– Tras esta legislatura, ¿será posible un futuro pacto con el PSPV-PSOE?
– El Bloc siempre tomará la decisión que toque en el momento que sea pensando con los intereses de Gandia y nunca los nuestros propios, como hemos demostrado a lo largo de la presente legislatura.